Páginas de @Fiscal

miércoles, 14 de mayo de 2014

Sector Construcción Evolución de las principales variables Mayo 2014

Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción: El ISAC registró en marzo una caída de 4.2% i.a.. De esta manera, transcurrido el primer trimestre del año el sector experimentó un retroceso de 2.6% i.a.. La disminución que se observa es resultado de una baja generalizada en los despachos de insumos más representativos del sector.

De los cinco bloques que componen el ISAC, el único que escapó a dicha tendencia a pesar de la baja producida en los despachos de Cemento fue Obras Viales, ya que Construcciones Petroleras presenta un mínimo crecimiento.
Concluido el primer trimestre del año el análisis por bloques permite observar que sólo Obras Viales y en menor medida Otras Obras de Infraestructura muestran variaciones positivas de 4.2% i.a. y 0.2% i.a. respectivamente.
Los bloques Edificios para Viviendas y Edificios para Otros Destinos caen 3.8% i.a. y  1.7% en cada caso.  Por su parte Construcciones Petroleras mostró en el mismo período una caída de 6%.



Despachos de Cemento: Los despachos de cemento caen por tercer mes consecutivo en abril,  mostrando una importante retracción de 7.2% i.a. y acumulando en el cuatrimestre una disminución de 3.2% i.a..
En tanto que en la provincia de Santa Fe los despachos de cemento en marzo  de 2014 crecieron 2.8% i..a., registrando en el trimestre una caída de 1.9% i.a.  Cabe destacar que en el volumen total de despachos de cemento, la provincia se ubica en el tercer lugar con una participación de 7.8%, por debajo de Buenos Aires y Córdoba.




Indice Construya: El Indice Construya, que mide el nivel de actividad de doce empresas representativas del mercado de la construcción, registró en abril, tras doce meses ininterrumpidos de subas interanuales, una baja de 3.3%i.a..  El índice venía reflejando en meses anteriores, un comportamiento disímil al que mostraban otros indicadores que analizan el comportamiento del sector. Así, mientras el ISAC y los Despachos de Cemento revelaban bajas, el Indice Construya mantenía un comportamiento positivo. El índice acumula en el primer cuatrimestre un incremento de  4.9% i.a.
 

Mercado Inmobiliario: En Capital Federal las operaciones inmobiliarias de compra-venta  muestran con datos correspondientes a marzo, tras un leve mejora en febrero, una caída de 18.6% i.a. En igual sentido la provincia de Buenos Aires se registró una baja de 23.7% i.a..  De esta forma transcurrido el primer trimestre del año, el mercado inmobiliario de Capital Federal y Buenos Aires acumulan retrocesos de 3.8% i.a. y 1.2% i.a. respectivamente. Es importante señalar que estas bajas se dan en comparación con períodos de muy bajo nivel de actividad.
Asimismo la superficie a construir medida a través de los permisos de edificación en los 42 municipios del país relevados por el Indec, detuvo su tendencia de recuperación, cayendo en marzo 2.4% i.a., aunque aún acumula en el trimestre  una suba de 6.3% i.a.

Empleo y salarios: La cantidad de trabajadores registrados en la Industria de la Construcción durante febrero fue de 379.600, resultando un 1,9% i.a. inferior a la de igual período de 2013, observándose una aceleración de la tasa de contracción interanual. Así, el comportamiento del empleo sectorial acumula dos meses con variaciones negativas luego de un período de 5 meses consecutivos de tasas de crecimiento interanuales positivas. Dada las características estacionales del empleo en la construcción, entre los meses de diciembre y febrero se verifica una contracción en la cantidad de trabajadores registrados en comparación con noviembre (mes en el cual suelen producirse los picos máximos de ocupación). Es en esta tendencia estructural que se enmarca la evolución del empleo sectorial durante los últimos dos meses. De todas formas, el ritmo de disminución resulta más intenso que el observado al mes de febrero de 2013, pero se sitúa por debajo de lo sucedido en igual período de 2009 y 2012.  

Analizando  la participación de la provincias  en el empleo  del sector  a nivel nacional, Santa Fe  lo hace en 8.8% manteniendo el tercer lugar, detrás de Buenos Aires y la Capital Federal.




El salario registrado promedio del sector alcanza los $5.769, presentando una caída del 6,2% en comparación con los registros de enero último. En términos de la comparativa interanual, la dinámica de las remuneraciones se mantuvo en terreno positivo, aunque continuó transitando el sendero de desaceleración evidenciado durante los últimos meses, siendo la tasa de variación del 14,7% i.a. Las provincias patagónicas las que muestran mayores remuneraciones promedio.  Por su parte Santa Fe se ubica por debajo de la media nacional con un monto promedio de $5.131.


Costo de la Construcción: El índice de Costo de la Construcción difundido por el Indec mostró en marzo una variación mensual de 1.6% e interanual de 24.9%. Este incremento representó una marcada desaceleración respecto al 4% de Febrero, y fue incluso inferior al 1,7% de Enero. Tanto el alza como su desaceleración se explican por el comportamiento del rubro Materiales, que redujo su tasa de aumento al 3,5% mensual, más cercana al 2,9% de Diciembre (previo a la devaluación) que al 9,4% de Febrero.  El índice acumula en el año un incremento de 7.6%.
El resto de los capítulo nos muestra que Gastos Generales y Mano de Obra se incrementaron en 2.1% y 0.1% respectivamente.



sábado, 3 de mayo de 2014

ALGUNAS CONSIDERACIONES SOBRE LA MEDICIÓN DE LA POBREZA (*)

La identificación de los pobres ha sido históricamente una tarea compleja, no sólo como consecuencia de los rasgos polifacéticos del fenómeno  sino también debido a las serias dificultades para contar con información adecuada y a la existencia de distintos enfoques para su delimitación.
A lo largo del tiempo, la metodología para medir la pobreza en los países de la región ha distinguido dos enfoques principales que han orientado los diferentes análisis empíricos sobre el tema: el de las Necesidades Básicas Insatisfechas y el de la Línea de Pobreza. Por añaduría y reconociendo las diferencias en las distintas facetas de la pobreza que ambos métodos explicitan, algunos autores han combinado estos dos métodos dando lugar al Método Integrado. En los últimos años, el PNUD y autores como Amartya Sen profundizaron en un enfoque multidimensional de medición sobre la base de privaciones, no solo en materia monetaria sino también en aspectos como la salud y la educación. El Índice de Pobreza Humana proviene de esta visión. 
En forma esquemática y teniendo en cuenta cuál es la unidad de observación, pueden distinguirse métodos de medición a nivel de cada hogar o a nivel agregado. En el primer caso, se incluirían los tres métodos señalados anteriormente (N.B.I., L.P., y M.I.P.) midiendo la situación de bienestar de la población que pertenece a cada hogar en particular, sobre la base de que éste es la unidad en que las personas forman sus presupuestos y toman sus decisiones de gasto e inversión.
En el segundo caso, se ubicaría el Índice de Pobreza Humana que elabora el P.N.U.D., que intenta establecer un ordenamiento de las unidades de análisis (países, regiones, provincias) evaluando los niveles de pobreza en términos de valor promedio de determinados indicadores.
En nuestro país, los primeros trabajos relacionados a la medición de la pobreza encuentran antecedentes en las investigaciones elaboradas por la C.E.P.A.L. hacia fines de la década del 70. En 1984, Altimir realiza una investigación sobre el fenómeno de la pobreza en el Gran Buenos Aires y su evolución entre 1974 y 1981.
Por su parte, el I.N.D.E.C. efectuó en el mismo año una estimación de la incidencia de la pobreza y su distribución geográfica, en tanto que en 1983 desarrolló una investigación específica incluyendo a cinco centros urbanos de nuestro país.
En 1990, la C.E.P.A.L. y el P.N.U.D. también estimaron la pobreza en Argentina, en el marco de un programa destinado a diez países latinoamericanos.
Si bien cada diez años se publican, sobre la base de información censal, datos de pobreza derivados del método de las Necesidades Básicas Insatisfechas, hasta mediados del año pasado la información disponible con cierto grado de periodicidad era  la publicada por el I.N.D.E.C. a través del método de la Línea de Pobreza. Este método, denominado también del ingreso o unidimensional, considera que un hogar es pobre -y por consiguiente quienes lo habitan- cuando sus ingresos no alcanzan a cubrir el costo de una canasta de bienes y servicios que cubre  el umbral mínimo de necesidades.
La información brindada por el organismo oficial daba cuenta del costo de la canasta básica alimentaria -equivalente a la Linea de Indigencia-, de la canasta básica total  -equivalente a la Línea de Pobreza- y de los hogares y población en situación de indigencia y pobreza.
Sin embargo, a partir de la alteración del cálculo del Índice de Precios al Consumidor, los resultados dejaron de reflejar la realidad. No obstante, los  datos de pobreza -y por ende la canasta alimentaria y los ingresos-  ya adolecían de severas falencias metodológicas aún antes de la manipulación: referían sólo al Gran Buenos Aires, no incluyendo otros centros urbanos del interior ni tampoco zonas rurales, el alto grado de síntesis con que se presentaban  estos datos sólo permitían  efectuar un conteo de los hogares pobres impidiendo efectuar un análisis de la severidad de la pobreza -cuán pobre son los pobres- y se desconocían las principales características socioeconómicas de estos hogares.
Se debería entonces aprovechar esta oportunidad, para implementar una metodología transparente que cuente con consenso académico y social y que brinde datos confiables y oportunos para la toma de decisiones en materia de políticas públicas.
Si bien el enfoque unidimensional basado en líneas de pobreza es el más difundido -los objetivos del milenio están definidos en función de este método- sería conveniente avanzar en un enfoque multidimensional de medición lo que requeriría de un proceso de debate altamente participativo.
Sin embargo y hasta que esto ocurra, resulta necesario contar con diferentes líneas  oficiales  de pobreza, representativas del consumo y los precios reales  de una geografía tan extensa y heterogénea como la nuestra.  Cuántas personas viven en situación de pobreza e indigencia en los diferentes aglomerados urbanos del país, donde y cómo viven, cual es el esfuerzo que deben realizar para salir de esta condición, son interrogantes mínimos que los indicadores deberían responder.
Por supuesto que nada de esto podrá ocurrir,  si no iniciamos con urgencia  un proceso de recuperación efectiva de las capacidades  y la autonomía del INDEC.


(*) Walter Agosto